El crecimiento de los centros de datos en una importante empresa de tecnología en Aragón ha despertado inquietud entre varias organizaciones ambientalistas, las cuales han presentado objeciones ante el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga). Estas organizaciones alertan sobre el considerable impacto al medio ambiente que podría resultar de esta expansión, subrayando que el proyecto no incluye medidas correctivas suficientes para reducir sus efectos adversos.
La expansión de los centros de datos de una destacada empresa tecnológica en Aragón ha generado preocupación entre diversas organizaciones ecologistas, que han presentado alegaciones ante el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga). Estas entidades advierten sobre el significativo impacto ambiental que podría derivarse de dicha ampliación, señalando que el proyecto no contempla medidas correctoras adecuadas para mitigar sus efectos negativos.
Este aumento en la demanda podría afectar el crecimiento de otros sectores económicos y aumentar el riesgo de apagones, advierten las organizaciones ecologistas.
Además del tema energético, el uso de agua para enfriar los equipos es otro motivo de preocupación. Se calcula que los centros de datos necesitarán cerca de 755.700 metros cúbicos de agua cada año.
Además del consumo energético, el uso de agua para la refrigeración de los equipos es otro aspecto que suscita inquietud. Se estima que los centros de datos requerirán aproximadamente 755.700 metros cúbicos de agua al año.
Las organizaciones ecologistas también ponen en duda las promesas de creación de empleo vinculadas al proyecto. Basándose en experiencias de otras naciones, sostienen que las cifras presentadas podrían no ser realistas y que la generación de empleos sería considerablemente inferior a lo proclamado. Asimismo, critican la falta de claridad y la carencia de un estudio integrado que analice de manera conjunta el uso de recursos hídricos y la ocupación del terreno en la región.
Las organizaciones ecologistas también cuestionan las promesas de generación de empleo asociadas al proyecto. Basándose en experiencias de otros países, argumentan que las cifras presentadas podrían ser poco realistas y que la creación de puestos de trabajo sería significativamente menor de lo anunciado. Además, critican la falta de transparencia y la ausencia de un estudio integrado que evalúe de manera conjunta el consumo de recursos hídricos y la ocupación del suelo en la región.
Además, afirma que la expansión es ambientalmente viable y que se llevarán a cabo las acciones necesarias para minimizar y corregir los impactos durante la evaluación requerida.
El Gobierno de Aragón, que ha catalogado el proyecto como de Interés General, resalta la relevancia de estas inversiones para el crecimiento económico de la región. No obstante, las organizaciones ambientalistas sostienen que los posibles beneficios económicos no compensan los impactos ambientales y sociales involucrados, y consideran que el proyecto carece de transparencia y va en contra del desarrollo sostenible de Aragón.
El Gobierno de Aragón, que ha declarado el proyecto como de Interés General, destaca la importancia de estas inversiones para el desarrollo económico de la región. Sin embargo, las organizaciones ecologistas insisten en que los posibles beneficios económicos no justifican los impactos ambientales y sociales asociados, y consideran que el proyecto es opaco y contrario al desarrollo sostenible de Aragón.
Este debate refleja la creciente preocupación por el equilibrio entre el desarrollo tecnológico y la protección del medio ambiente, subrayando la necesidad de una planificación cuidadosa que considere tanto el progreso económico como la conservación de los recursos naturales.