El gobierno colombiano y la guerrilla EMC han anunciado el inicio de conversaciones preliminares de paz.
En un comunicado conjunto, el comisionado de paz, Danilo Rueda, y el segundo al mando de EMC, Andrey Abendaño, dijeron que las negociaciones comenzaron el sábado.
Las conversaciones buscan un acuerdo sobre conversaciones de paz formales entre el gobierno y la organización guerrillera más grande que rechazó un acuerdo de paz de 2016 con el ahora desaparecido grupo guerrillero FARC.
Las conversaciones también apuntan a reanudar un alto el fuego bilateral, suspendido parcialmente en mayo por el presidente Gustavo Petro.
Según Rueda y Abendaño, las conversaciones estarán acompañadas por representantes de las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos y la Iglesia Católica.
Paralelamente a las conversaciones, el gobierno y la guerrilla acordaron conformar un “Equipo Nacional de Generación de Confianza y Resolución de Contingencias”.
Esta comisión estaría encargada de resolver las disputas mientras los negociadores acuerdan un seguimiento permanente de un cese al fuego bilateral.
Petro suspendió un alto el fuego que entró en vigor en enero en respuesta a una masacre de la guerrilla en la provincia sureña de Putumayo.
La suspensión reactivó órdenes para que las fuerzas de seguridad atacaran a la EMC en sus reductos en las provincias de Putumayo, Caquetá, Guaviare y Meta.
Las conversaciones preliminares son el resultado de casi un año de contactos esporádicos entre el gobierno de Petro y la EMC, encabezados por un excomandante de las FARC, «Iván Mordisco».
Las conversaciones se desarrollarán en paralelo con las conversaciones con los grupos guerrilleros ELN y Segunda Marquetalia, las organizaciones paramilitares del norte de Colombia y el grupo delictivo organizado de Medellín y Buenaventura.
Se espera que las múltiples negociaciones e implementación del acuerdo de paz con las FARC logren lo que el presidente ha llamado «paz total».
Los procesos de paz que siguieron a la desmovilización de la organización paramilitar AUC entre 2003 y 2006 y de las FARC en 2017 se vieron obstaculizados por la violencia de grupos que rechazaron los procesos de paz o tomaron las armas mientras estos procesos estaban en curso.