La Unión Europea da un paso más para sofocar la campaña bélica rusa en Ucrania. Ahora, más de dos años después del inicio de la invasión a gran escala, Bruselas está poniendo por primera vez en el foco de atención el gas licuado (GNL) ruso, lo que proporciona a Moscú valiosos ingresos. El Servicio Europeo de Acción Exterior no propone prohibir las importaciones a la UE, como se reclama desde varios frentes, pero sí su reexportación a países fuera del club comunitario, según los documentos a los que ha tenido acceso EL PAÍS.
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